RELATOS

Canis Mundi

Esta colección de 45 aforismos la presenté a un concurso literario de aforismos. Tuvieron la cortesía de no decirme en qué puesto quedó.

Si levantas un muro a tu alrededor solo te visitarán los ladrones.

Soy el Dios de mis células.

La guerra de Ucrania no preocupa a mi perro.

Pintar proyectando una fotografía es como cocinar platos preparados.

Los templos son la sauna del espíritu, pero si no te ejercitas acabas fofo.

Si te pagan por dormir acabarás con insomnio.

Es más fácil etiquetar a una persona que a un tarro de mermelada.

Si no existieran los móviles las calles serían una gran tela de araña.

No conozco a nadie que al hablar de la gente se incluya en ella.

El carnaval del espíritu dura todo el año.

La resurrección de la carne es más fácil desde que existen los congeladores.

Esforzarnos en salvar la especie mientras destruimos nuestro ecosistema es propio de imbéciles.

Las tertulias de perros son ensordecedoras.

Al escaparate electoral le hace falta diseño.

El espíritu sueña cuando el cuerpo duerme y duerme cuando el cuerpo se despierta.

Las librerías son el supermercado del espíritu.

En boca cerrada no entran moscas, pero tampoco nada más.

Lo mejor es siempre lo que no tenemos, lo peor lo tienen los demás.

Enamorarte de un ángel es la peor de las locuras.

El cemento, blando, débil y maleable, se transforma en duro, robusto y resistente; es cuestión de tiempo.

Un país sin héroes ni mártires no puede ser grande de nuevo porque nunca lo fue.

La frontera entre el héroe y el estúpido muchas veces es inexistente.

El forastero solo debe ser temido si abraza los dogmas locales con más fervor que los aborígenes.

El silencio no denota inteligencia pero sí ausencia de estupidez.

El dolor puede ser más largo que la existencia.

No se puede comer dos veces la misma empanadilla.

El maestro normalmente aparece cuando el alumno no está preparado.

Para estar mal contigo mismo primero debes estar mal con los demás.

Vivir en el caos tiene más mérito que hacerlo en el orden.

La luz es una oscuridad manipulada.

Nadie es perfecto excepto tus cuñados.

Dormía con gafas para poder ver mejor sus sueños.

Llevar collar es un signo de sumisión.

Es más feliz quien menos piensa.

La Tierra es una memoteca.

La velocidad con la que realizas tus actos es determinante. ¿Y si Abraham hubiera sido más diligente?

Creerse inteligente es de bobos, creerse sabios, de ignorantes.

Vivir una vida entera engañado demuestra la astucia de los demás y la estupidez propia.

Más vale a tiempo que tarde.

Verdad/2 + mentira/2 = mentira∞

Hablando se pelea la gente.

Los últimos serán siempre los últimos.

Nunca llueve a disgusto de todos.

La única persona con la que me gustaría cambiar roles es mi dentista.

Si me vas a molestar con tu humo, pregúntame que aroma prefiero; si lo vas a hacer con la música de tu móvil, pregunta por mis gustos. Lo demás es desprecio.

San Pablo fue el primer influencer de la humanidad.

La expresión “darse el lote” proviene de las hijas de Lot.

Los pedos cerebrales producen algo peor que hedor.

Hagamos grande el Mundo de nuevo.

Los atenienses tenían sus gimnasios y sus poetastros, pero lo compensaban yendo al teatro.

La época de tu vida en que eres más vulnerable, no puede ser nunca la mejor.

La Tierra es plana pero la Luna y el Sol son redondos. Todo es cuestión de perspectiva.

Existen especialistas para cada enfermedad del ser humano pero ninguno para curar una sociedad enferma.

No subvencionar la capacidad de pensar es el mayor error de una sociedad y el mayor acierto de los políticos, para ellos.

La verdad no nos hará libres; la filosofía, sí.

Soy y no soy

Micro relato presentado al concurso «Relats de Café» de Sant Pere de Ribes. Clasificado entre los 5 primeros.

Ana y Ramón hace 45 años que se casaron. Ella está curioseando el Facebook dedicado a su pueblo, lugar de encuentro de quisquillosos, aburridos, correveidiles, chismosos y expertos en insultar a la alcaldesa y denunciar vecinos, sentada en el sillón del salón. Su marido mientras tanto busca en el móvil el horario del partido de fútbol de la selección nacional donde juega una hija de la bendecida localidad.

De repente, un grito rompe el silencio que se había apoderado de la estancia hacía horas.

¡Ramón!, grita Ana. ¡Ramón! Con un grito aún más fuerte.

Leches, ¿qué pasa?

¡Hay una foto tuya en el Facebook y dicen que te has perdido y no recuerdas nada!

Ya me gustaría. Dice Ramón con voz flojita.

¿Cómo has dicho?

Nada, hablaba solo. No entiendo lo que me estás diciendo. ¿A ver?

¿Es que no tienes móvil tú? Mira el grupo de aquí en tu Facebook.

Ya sabes que no soy de redes sociales.

No puedo dejarte mi móvil. ¡Qué te has creído!

Claro, estoy perdido y no recuerdo nada. ¿Qué quieres?

Tú de perdido no tienes nada. Bien, quizás sí, pero estás aquí. Está claro que no podéis ser la misma persona.

¡Pero si me acabas de decir que hay una foto mía y que estoy perdido y no recuerdo nada!

Me comunicaré con esta Isabel del anuncio a ver si saco algo en claro.

Pues si no soy yo, no sé por qué tienes que preocuparte.

¡Sí que eres tú!

Madre mía …

Ana encara el aparato para escribir, pero antes lee los comentarios de la entrada. Mucha gente asegura haberle visto días atrás en el súper, mirando jugar la petanca…

¡Ramón! ¡Hay mucha gente que te ha visto!

¿Y no crees que es normal que me vean, viviendo como vivo aquí y no teniendo nada más que hacer que mirar obras donde no las hay?

Sin hacerle ningún caso, Ana escribe:

Necesito que nos veamos. La persona que Usted dice que se ha perdido y no recuerda nada, es mi marido.

¡Ah qué bien! Deme su dirección y en unos minutos lo tiene en su casa.

¡No! ¡Por favor! En casa ya tengo uno igual.

Ramón, creador del perfil de Isabel, escribe mientras sonríe:

¿Me está diciendo que tiene un marido en casa, y otro perdido que no recuerda nada? ¡Usted está como un cencerro! ¡No me extraña que se le pierdan los maridos y no quieran recordar nada!


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